Pensando en la complejidad de la mente humana. ¿Realmente somos tan complejos? ¿O hacemos difícil algo que podría ser muy sencillo?
Un dia me preguntaron si creía que se podía sentir tristeza y alegría a la vez, si se podía tener miedo y a la vez ganas e ilusión, si puedes tener estrés o ansiedad y ser feliz…
Contesté que sí. No me baso en estudios científicos, me baso en evidencias de mi propio cuerpo.
Cuando te escuchas y te auto observas, vas cogiendo conciencia de la cantidad de emociones y sensaciones que tenemos a diario. Y cuanto más sensible seas, más grande es la fiesta que llevas dentro.
Algunas nos encantan, otras queremos que pasen cuanto antes. Pero si nos permitimos respirar durante un rato, observando todo como meros espectadores, la complejidad se hace simple: llega la calma, el bienestar, la plenitud.
Medita, sal a pasear, conecta con la naturaleza, ¡baila!, escribe, canta, pinta.
Y sobre todo respira, despacio, observando las sensaciones.
No te voy a prometer que llegues a comprenderte, pero sí que conectarás con un estado de paz en el que esa comprensión ya no será necesaria.
Porque todo está bien, aquí y ahora.
🖤
B.