Estoy cansada de estar cansada, de levantarme pensando en volver a la cama y de que los únicos descansos que me permito sean para coger aire y así poder seguir.
Estoy en un bucle del que no sé salir, aunque soy consciente de que mi vida la he creado yo, con cada una de mis decisiones, con lo que he querido priorizar, con como me han enseñado que tenía que ser.
¿Qué puedo hacer para cambiarla?
Puedo elegir diferente, reflexionando sobre qué es lo que realmente quiero, me gusta hacer y disfruto, e ir dando pasitos pequeños hacia allí.
Puedo priorizar lo que de verdad es importante para mí. Por ejemplo: ¿por qué voy a esa cena si realmente quiero descansar?
Y sobre todo, puedo decidir que me importa una mier_ lo que diga la sociedad y el resto: me salgo del hacer sin parar, me salgo del competir, me salgo del necesitar ‘ser alguien’.
Y empiezo, a construir una vida:
- En la que no necesite parar 5 minutos para coger aire para seguir.
- En la que las vacaciones no sean un periodo para huir de mi vida.
- En la que me levante con ilusión y alegría, sin sentir que cada día es un listado del que ir tachando tareas hasta que llegue el deseado fin de semana.
¿Cómo?
- Reflexionando sobre como me gustaría que fuera mi vida.
- Priorizando: ¿Qué es lo más importante para mi en este momento?
- Dando pequeños pasos que me acerquen a esa vida que quiero conseguir. Difícil, lo sé, pero posible.
Y mientras mi vida se va reestructurando:
- Elimino tareas que no sean realmente urgentes.
- Priorizo aquello que me de paz (en mi caso, momentos de descanso y soledad).
- Añado actividades que suban mi vibración (bailar, deporte, leer, cantar, pintar, escribir, pasear a tu mascota, jugar con tus hijos,…).
Necesitamos entender que hemos venido a la vida a VIVIR y no a hacer cosas sin parar, intentando llegar a una meta final que no llega nunca.
Sonará a topicazo, pero es una verdad como una casa: no hay meta, sólo hay camino. En nuestras manos está cómo transitarlo.
B.